Amo Finlandia

En 2008 decidí dejar el ámbito corporativo y dedicarme a lo que, en ese momento, estaba en mi mente como "educación". Mi primer trabajo en ese rubro consistió en darle clases de Marketing y Comportamiento del Consumidor Latinoamericano a un grupo de 19 finlandeses. Estos bichos raros venían a Buenos Aires por cuatro meses para aprender cómo hacer negocios en Latam (loquísimo!). Juro que no podía distinguir Suecia de Finlandia en un mapa. Pero tenía claro que iban a ser especiales. El programa fue un éxito, todos quedamos contentos, coseché las primeras anécdotas de shock cultural, y terminé alucinada con los finlandeses y con una invitación a visitar Suomi el año siguiente.

Convencida de que era un viaje de "una vez en la vida", 27 horas y 3 aviones más tarde llegué al país de los 1.000 lagos (en realidad tiene más de 187.000, pero los finlandeses son muy humildes!). Durante casi un mes fui una rockstar exótica hablando de consumidores irracionales ante quien quisiera escucharme. Visité universidades en Helsinki, Jyväskylä, Lahti y Turku. Me voló la cabeza el amor que tienen por aprender. Los 19 estudiantes (amoroooosos!) que habían estado en Buenos Aires viajaron desde todas partes del país para darme una fiesta sorpresa. Obviamente fue en un sauna. Hubo mucha cerveza, salchichas, y un chapuzón en el lago congelado. Ese viaje, en Abril de 2009, fue mi viaje espiritual. Me conecté con una forma de vida simple, y a la vez sofisticada. Me enamoré de la posibilidad de vivir en una cultura basada en el respeto y la confianza. Ese viaje cambió mi vida y me regaló un propósito: generar las condiciones para que nos conectemos con nuestro amor por aprender.

Para que el shock de regreso fuera bien duro, volví justo para no perderme los eventos de la famosa "125". Jajajaja! Qué locura de diferencias entre lo que había vivido cerca del Polo Norte y lo que pasaba acá. Lejos de desanimarme, eso me puso más pilas para encontrar la manera de traer a estas tierras argentinas un poco de cultura de respeto y confianza. Fundé High Impact Learning con la idea de hacer realidad, junto con distintos partners de Latam, la implementación de estas formas de trabajar, aprender y vincularnos de manera respetuosa y amable.

Ese no fue, como yo pensaba, mi viaje de "una vez en la vida". Todo lo contrario. Gracias a que la Universidad de Ciencias Aplicadas de Jyväskylä (JAMK) me siguió invitando, comencé un romance a distancia que es cada día más fuerte. Viajo 1, 2, 3 (llegué a viajar 4!) veces por año a mi segundo hogar. Tengo mi espacio en la ciudad, una cuenta bancaria y, sin dudarlo, más amigos allá que en Argentina. Por suerte todos hablan inglés, porque mi avance con el finés deja mucho que desear ;)

En estos más de 12 años aprendí muchísimo de los finlandeses y también, a la distancia, de los argentinos. Conocí gente increíble, aprendí sobre el sistema educativo, la cultura de trabajo, el amor por la naturaleza y la vida sofisticadamente simple. Cada cosa que emprendo tiene embebido el ADN finlandés. Los hijos de esta relación son los acuerdos y proyectos en común que tenemos con Lumo, JAMK, EduFinn, FunAcademy, y tantos otros. Como buenos padres, estamos enfocados en que nuestros "niños" crezcan, se desarrollen y aprendan a ser la mejor versión de sí mismos =)